VEN, NIÑO MÍO



Ven, dáme las manos,
Rodéame el cuello con tu dulce abrazo
Buscaremos flores hermosas del patio.
Después que juguemos y te sientas cansado,
Acunaré tu sueño con rimas y cantos.
Tu serás el Rey de nuestro Paraíso,
Yo no seré nada,
o seré la esclava
Obligada y atada
A todos tus caprichos.